Anotaciones

Anotacion[e]s
Ricard Ramon

Anit vaig estar fent un passeig per València, per veure l'ambient faller el dia de la plantà. És un passeig habitual. Durant uns anys faig estar molt vinculat a l'univers dels estudis fallers, vaig ser membre de l'Associació d'Estudis Fallers, repleta de bona gent, i vaig codirigir durant tres cursos acadèmics, el Postgrau Universitari sobre Falles i Creativitat que impartia la Universitat de València, redactant des de zero el programa d'estudis juntament amb Gil Manuel Hernández i Jesús Peris. L'únic postgrau que ha existit d'aquestes característiques i que no es va ja poder celebrar una quarta edició per falta de demanda suficient. Els primers anys va tenir molt d'èxit.

Van ser uns anys intensos i interessants, on jo també organitzava el Seminari d'investigació sobre falles i educació Educafalles, que es va celebrar per última volta uns dies abans de l'estat d'alarma per la pandèmia de covid. Pot ser, algun dia reprendré el seminari, però de moment, he abandonat aquesta línia de treball. En eixos anys, vaig participar com a jurat en l'elecció de la falla infantil municipal de l'Ajuntament de València, i com a jurat de les falles experimentals, i vaig col·laborar en alguns altres projectes puntuals.

Fa no massa temps, vaig decidir abandonar aquesta línia de treball, per centrar-me en altres aspectes de la meua recerca que requereixen una completa atenció, però continue interessant en aquells aspectes vinculats especialment a la innovació estètica i artística de les falles. Doncs, ahir, vaig corroborar com amb el canvi de govern, s'ha produït una involució enorme en aquest sentit. La falla municipal torna a ser un aglomerat de poliestiré expandit, que omplirà la plaça i els pulmons de fum negre i altament tòxic. Una falla buida, sense personalitat, sense interés, avorrida, trencant amb la tradició que s'havia impulsat els últims anys de tractar que la falla municipal suposara un camí de certa innovació estètica. Tot s'ha esborrat i ha desaparegut. Tambe és cert, va haver una falta de valentia per assumir més riscos. Malauradament els govenrs d'esquerra es solen caracterirtzar per governar amb por per no molestar molt a les minories riques i poderoses i els seus gustos, que determinades masses acrítiques i pobres tracten d'imitar.

Jo era, encara ho soc una mica, un d'aquests ingenus que pensava que les falles podrien evolucionar, almenys una part, cap a una renovació estètica i cap a una assumpció popular de la festa que es desfera de totes les coses que arrossega del franquisme. Ahir, vaig estar passejant per la zona zero de les falles de la dreta esnob valenciana, i resulta patètic veure, com determinats barris de la ciutat, tracten d'imitar els modes, i l'estètica del barri de Salamanca de Madrid. Ni tan sols són capaços de proposar una alternativa estètica i simbòlica pròpia que els identifique com a grup social minoritari i poderós, que és el que es pretén en assumir determinades estètiques i pràctiques culturals. Més patètic encara era veure com en els temes de la crítica de les seues falles, Mazón i la dana desapareix i es dona espai prioritari a totes les corrupteles d'Ábalos i amics. Els que diuen que tot està polititzat. Quina llàstima fa tot, quina pena veure, com els que s'asseuen en la seua carpa de luxe, amb servei de catering inclòs, volen fer creure que fins i tot una festa popular, és de la seua propietat exclusiva, i ni tan sols són capaços de definir-se com a grup local de rics, més enllà de plantejar-se com a imitació grollera del barri ric de senyorets de Madrid.

L'estètica és fonamental, no és un accessori, de vegades, ho és tot, com vaig tractar de demostrar al meu últim llibre. I el panorama estètic que em vaig trobar anit de València, on sembla que encara hi ha més descontrol, més festa alcohòlica, més persones tirant petards fora dels llocs habilitats, més antiestètica, i per tant més anestèsica. Gaudim de la València anestèsica que ens hem donat entre tots. #falles #València

Hoy escribo unas pequeñas notas sobre cómo concibo que debería desarrollarse el Fediverso, como una verdadera alternativa a la desesperanza y el oscurantismo que prevalece en el resto de espacios digitales. Lo más importante es que aquí no debemos caer en la desesperanza, bajo ningún concepto.

En estos momentos es muy fácil, pero hay que recordar que nunca, jamás, ningún imperio, ningún mal duró para siempre, y que lo que hay que dejar claro es que lo que se juega aquí es la lucha del bien contra el mal. Puede sonar simplista, y puede que lo sea, pero hacer el bien es algo que no debe abandonarse jamás, por muy simple que pueda sonar. Así de polarizado es, y en ese marco del bien, hemos de jugar.

Debemos convertir el Fediverso, en un espacio para la esperanza. No podemos conformarnos con ser un espacio de mera resistencia. No basta con resistir, hay que ir más allá, proyectar más allá. No podemos regirnos por ser una reacción contra algo o de defensa de algo, al menos, no únicamente. La mejor forma de resistir, de plantar cara, es convertirnos en una vanguardia de nuevos pensamientos, de creaciones y de imaginación, de nuevos mundos posibles, que no emergen como reacción, sino como respuesta natural a la necesidad del bien.

Nuestro mundo no debe responder a su mundo, debe ser otro mundo que le pase por encima, lo tape, lo arrase con alegría y belleza y le calle la boca para siempre. Pero eso no lo podemos conseguir si nos dedicamos a criticar lo que hace y representa ese mundo. Debemos construir nuestro propio mundo y hacer que avance por encima de, más allá de su miseria y de su mal.

No se combate la oscuridad con más oscuridad, solo proyectando luz. Y esa luz debemos crearla, haciendo fluir las ideas, ofreciendo espacios para el intercambio, la colaboración mutua, pensando de forma audaz y valiente. Debemos convertir el Fediverso en un espacio de vanguardia del pensamiento, donde trabajemos por alinear la innovación, que siempre surge en el marco de la buena conversación. Los antiguos cafés literarios y filosóficos, como espacios de conversación y pensamiento seguramente, no vuelvan jamás. También tenían sus contrapartidas. Aunque no se debe abandonar la idea de los encuentros y las oportunidades para la conversación cara a cara, que son insustituibles. Pero pueden ser un camino paralelo.

Concebir Mastodon y otras herramientas del Fediverso, como un verdadero laboratorio en el que hagamos fluir una creatividad exacerbada y una imaginación desbordante, que rompa todos los esquemas del capitalismo tecnofeudal y fascista y sus instrumentos, que lo hunda en su miseria y lo arrase como la gran ola de Kanagawa. Materialicemos la utopía. #fediverso

Regreso de nuevo al cuaderno dual, tras unas semanas de inactividad, enfrascado por completo en el trabajo. Hoy reflexiono sobre el concepto de esfuerzo y recompensa, a partir de las consecuencias de la corrección y evaluación de los trabajos de mi alumnado.

A veces, no somos conscientes de lo terrible que es la narrativa de asociar el esfuerzo que le dedico a una cosa con la supuesta recompensa esperada, esta idea terrible de la cultura del esfuerzo, que construye una relación ficticia entre el tiempo y la dificultad con los objetivos o el esfuerzo conseguido. Esta narrativa está tan extendida y es tan nociva, que provoca incluso que tengamos envidia, celos y rabia de personas que hacen cosas bien sin apenas esfuerzo.

Es cierto que es necesario e importante esforzarse, y que hay que hacer algunos sacrificios, pero no es cierto en absoluto esa terrible frase de que si te esfuerzas lo conseguirás. Hay que ser consciente, que no siempre ni todo se puede conseguir. A pesar de la narrativa buenista de que todo está al alcance de tu mano con esfuerzo. Es una mentira cruel al servicio de la creación de un imaginario terrible que te acaba obligando a hacer cosas que en realidad no quieres hacer por un supuesto beneficio futuro que no llegará nunca.

Esto no quiere decir que se deben dejar de hacer cosas, ni que yo vaya a decir a alguien que no puede conseguirlo, excepto que ese empeño suponga un riesgo personal serio de salud. Pero también hay que educar en que, muchas veces, se pueden dedicar esfuerzos ingentes a hacer una cosa que no va a tener éxito, y no pasa nada. Y también hay que ser consciente de que habrá personas que podrán hacer eso mismo, muy bien sin que suponga ningún esfuerzo para ellas. Yo no soy consciente de haber dedicado ningún esfuerzo especial a aprender a escribir. Para mí es un proceso casi natural, fluido, sin esfuerzo que pueda constatar. Igualmente, existen personas que desarrollan actividades sin haber dedicado un esfuerzo medianamente importante en desarrollar esa capacidad o incluso mejorarla.

Me dedico a la educación, y soy consciente de la necesidad de aprender y mejorar de forma constante. Y precisamente, una de las tareas fundamentales del aprendizaje, estriba en aprender a detectar las potencialidades y debilidades, y a gestionar la frustración por los fracasos y la comprensión de que ni los fracasos ni los éxitos son de exclusiva responsabilidad personal. Existen factores que no controlamos, que determinan esas cuestiones, y casi siempre, o siempre diría yo, los éxitos y fracasos son una construcción colectiva. Se desarrollan a partir de un contexto determinado y con la colaboración de muchas personas.

Y no, no son las culpables de tu fracaso, pero si explican que no consigas ese éxito, si, por ejemplo, nadie es capaz de entender tu trabajo, o de valorar tu pintura, por centrarme en un tema próximo. Puede que en otro contexto o situación tuviera eco, pero también puede que ese trabajo, fruto de mucho esfuerzo, no sea bueno, y no es el fin del mundo.

Hay que ser conscientes de que las cosas tienen grados. Es decir, se pueden hacer bien o mal, con diferentes escalas en cada una de ellas. En el caso de las artes, a la que se suele acusar de subjetividad y relatividad enormes, esto es todavía más claro. En matemáticas es más simple, pero funciona igual, se espera una única respuesta como buena. En las artes también, sin embargo, la diferencia estriba en que se pueden ofrecer múltiples respuestas buenas y múltiples respuestas malas, lo que también es esencialmente objetivo y profundamente enriquecedor. Estoy investigando sobre este mismo punto ahora mismo.

Cierro, para no romper la dinámica autoimpuesta de escribir entre 500 y 700 palabras en cada entrada de anotacio[e]s. Recoger anotaciones e ideas sin una gran dosis de profundidad. Seguimos pensando, leyendo, observando y anotando.

Empiezo el cuaderno de mis anotaciones, que no el quadern que ya empezó avanzando con el primer día del año, siendo ambos una sola cosa, pero al mismo tiempo dos cosas distintas, dos idiomas distintos pero tan comunes el uno al otro como su latín primigenio. Lo hago con una breve reflexión sobre el pensar, a partir de la lectura de un artículo en el periódico, en el que unneurocientífico glosaba las bondades y maldades de la llamada neurociencia. Por cierto, el corrector ortográfico LanguageTool, me dice que neurocientífico está mal escrito y me sugiere la palabra pseudocientífico. Esto es una simple anotación objetiva de un hecho sin más pretensión ni esconde ninguna doble lectura por mi parte. Siempre confío en la inteligencia de las personas que leen mis textos.

No voy a relatar una disquisición sobre el artículo. Esto solo es un blog de notas personal. Un cuaderno de ordenación de pensamientos, pero compartido en el fediverso y la red. Se trata, simplemente, de divagar, de hacer fluir los pensamientos que una lectura mañanera de domingo me ha provocado.

Tengo la sensación, tras la lectura del artículo, que los neurocientíficos confunden el pensamiento con las palabras. Dicen que ya pueden predecir las palabras de una persona con un casco, pero olvidan que las palabras que uno dice, y estructura para decir, no siempre son las que piensa y, que existen múltiples formas de pensar sin palabras, como el pensamiento artístico o que todo el cuerpo piensa también.

Pensar implica dirigir mi actividad pensante hacia el objeto de mi pensamiento, por lo que necesito salir del pensar sobre esa misma actividad. Es decir, que el hecho que yo diga unas palabras, o incluso las escriba, no implica necesariamente que las haya pensado. Pensar, es un hecho complejo, que se suele simplificar y en el que la mayoría de las veces, no existe una correspondencia entre ese pensamiento y nuestros hechos. No puede, por tanto, deducirse quién es una persona por el análisis de sus pensamientos, porque la mayoría de las veces, aquello que llamamos pensamiento no se ha producido en realidad.

Solemos bautizar como el pensamiento o la forma de pensar de una persona, su ideología, sus opiniones o sus frustraciones enfermizas, como su racismo o su homofobia, como una forma de pensar, pero es una premisa equivocada. Las opiniones, los gustos o las afecciones, no son pensamiento, y mucho menos pensamiento libre. Creo, que el gran problema de la neurociencia, aquejada de un profundo materialismo, es que no ha entendido el ejercicio y la actividad del pensar en su profundidad y complejidad, y pretende substituir torpemente a la filosofía, confundiendo el pensamiento con respuestas o acciones cerebrales. Yo puedo decir una palabra o una frase entera, que no es producto de la actividad del pensar, igual que puedo reaccionar ante un estímulo, con todo el cuerpo, incluso, pero eso, poco tiene que ver con el pensar.

Me sigue decepcionando la neurociencia, a grandes rasgos, y su ingenuidad de pretender explicar la filosofía con un casquito detector de impulsos eléctricos. Creo que no han entendido nada, aunque me acusen a mí de no entender nada.

Hui toca escriure de nou. Desconec en quin moment començaré a escriure al Cuaderno. Potser l'entrada número {3} acabe per allà i es quede papallonejant un temps, o torne de forma inflexible cap ací, això ja es veurà. Es tracta d'evolució i contingència, aquest és l'esperit del quadern dual que estic escrivint per pur goig i no per cap necessitat.

Ahir, em vaig retrobar per casualitat, amb l'obra i la figura de Vicente Aguilera Cerni. Un dels crítics d'art més importants d'Europa. Deixeble del gran Giulio Carlo Argan, al que tots els estudiants d'història de l'art d'aleshores adoràvem i llegíem amb fruïció. La seua obra Arte Moderno, era una lectura quasi obligada i ens meravellava la forma de descriure les relacions artístiques. Aguilera Cerni, va seguir la senda de Argan, que en aquest cas no va ser ombra. Cal estar molt atents als mestres que fan ombra i no creen les estructures per fer-te caminar més enllà de la seua ombra. Va portar a Espanya, per València, que és per on històricament han entrat sempre les avantguardes artístiques a la península (com el renaixement), l'art abstracte, que era l'única avantguarda que podria entrar amb comoditat en aquell moment. Va guiar i espentar i acompanyar a molts artistes, i va crear iniciatives, com el Museu d'Art Abstracte de Vilafamés. Però amb l'abstracció, de molta rellevància a l'art valencià, vindrien la resta d'avantguardes. Em vaig comprar un llibre de saldo amb tres volums, i una selecció de textos que llegiré de bon grat.

Va desenvolupar un treball crític impressionat que, d'alguna manera continuaria Roman de la Calle, el meu primer professor i un dels més admirats, i que després va ser president del meu tribunal de tesi i després amic. Recorde amb una certa nostàlgia com abans, els estudiants admiràvem el treball de molts dels nostres docents i els consideràvem uns referents intel·lectuals. Llegíem els seus llibres, acudíem a les exposicions que organitzaven, i de tant en tant, compartíem conversa fora de l'aula. Jo recorde especialment d'aquella època a Roman, però també a Carmen Gracia, a la que vaig rendir homenatge, per les seues innovacions intel·lectuals al meu llibre Pedagogies visuals de la identitat valenciana. També a Mercedes Gómez Ferrer, a Joaquin Berchez, a Amadeo Serra entre molts altres docents.

Desconec si l'alumnat del present manté aquesta curiositat pel descobriment del treball dels seus docents, almenys a la meua Facultat ho trobe a faltar, amb algunes excepcions, evidentment. Per a la major part de l'alumnat, els seus docents, som només un instrument per arribar a obtenir un servei. Que no dic que no siga aquesta una funció de la docència, però, trobe a faltar un interés pel seu treball. Fins i tot es troben crítiques, quan un parla del seu treball a l'aula, i aquest, el treball i a la recerca pròpia, hauria de ser quasi l'única font de la docència universitària.

Jo recorde que em matriculava en determinades matèries, en funció del docent, i el seu treball. Ara açò ja és directament impensable, pel sistema creat. Comprava i llegia els seus llibres, com el: Arte Valenciano de Carmen Gracia, que continua estant una meravella. Ara els docents estem preocupats en publicar papers, per a revistes que quasi no llegeix ningú, i sembla que hem abandonat la nostra tasca intel·lectual de crear pensament. Potser també, són altres temps i l'alumnat, més pragmàtic, espera que li ho resumim tot de forma sintètica i ràpida, però el coneixement, requereix implicació i gaudiment. Encara que em negue a pensar en termes de canvis generacionals, i pense que una part, o tota la culpa, la tenim nosaltres, que hem abandonat part de la nostra funció essencial, crear i compartir el coneixement i el pensament, com a màxima prioritat.

O, potser, estic fent caricatura des de la postura d'un professor de mitjana edat obsessionat a poder aportar el seu pensament per ajudar als altres, com el pensament d'altres em va ajudar a mi, quan era estudiant. En qualsevol cas, continuarem escrivint i continuarem llegint.

Començar a escriure un diari d'anotacions, d'ordenació dels pensaments, és sempre un repte difícil. Fer-ho de forma dual, en dos idiomes, però sense duplicar els continguts, sinó que cada quadern evoluciona de forma natural, en funció dels humors, les passions i els sentiments del dia, encara ho és més.

Comence el primer dia de gener de 2025, com un inici, o reinici esotèric. Com un renàixer de la cendra, que enguany és encara més simptomàtic de com ens sentim per aquest fragment geogràfic del País Valencià, en un any terrorífic, en el que un incendi terrible d'un edifici i una DANA del color de la terra, van arrasar centenars de vides. Juntament amb la negligència i incompetència repugnant dels polítics valencians i la falta de valentia del govern central.

Escriure, sempre és un exercici íntim del pensament, que podem optar per compartir o no. No obstant això, en el fons, el fet d'escriure, l'aspiració de la materialitat d'un pensament, manté sempre una aspiració oculta de trobar algun lector, sinó en el present, potser en un futur llunyà. Un escriu sempre per a les altres persones, encara que no ho sàpiga o no vulga. En el fons, estem condemnats a ser a través de l'altre, perquè un jo sense l'altre no és possible, com tampoc és possible una escriptura sense lectura aliena. Les altres lectures són també lectura pròpia, sempre. Perquè, eixes lectures són la necessitat descoberta de no poder ser sense l'altre.

Aquesta idea d'escriure amb una numeració ordenada i, a la vegada, incompleta, o completada per mitjà d'un altre quadern, en un altre idioma, implica eixa necessitat dual sentida de les persones bilingües, i de les identitats en permanent discòrdia i tensió alhora. Una dualitat, sempre conflictiva. Però fugir del conflicte i la tensió, no sempre és el millor aliat de l’escriptura. Per això mateix, què millor manera d'establir aquest conflicte latent i permanent per a un valencià, que representar un trencament i discontinuïtat en l’ordre esperat? Una actitud, que també té molt de valenciana, en el fons.

Així, cada quadern, aquest quadern, i l’altre cuaderno, funcionaran de forma independent, i podran ser llegits i seguits com a relats diferents, però sempre incomplets en essència, en la seua profunditat més íntima. Establim així un joc semàntic i poètic, i un desafiament per a llegir més enllà d’una sola llengua. Un desafiament personal, per navegar entre aquest conflicte identitari permanent, que tot i ser sempre conflicte, no és necessàriament una cosa negativa, potser és el més natural del món, viure en la multiplicitat i la no puresa. Fugiu sempre de la puresa. Continuarem escrivint, per ací o per allà.